martes, 27 de diciembre de 2011

Lobezno: El Viejo Logan

“Nadie sabe con certeza que paso la noche en la que los héroes cayeron y los malos controlaron el mundo. Lo único cierto es que después de aquello se repartieron lo que quedo entre ellos, y ahora todos viven bajo su yugo, miserable y cruel…”



En este contexto se desarrolla la historia de El Viejo Logan, en un marco post apocalíptico, salvaje y original con fuertes referencias al Western, en el que Mark Millar nos cuenta la historia de un envejecido y quebrantado Logan (ya no Lobezno) que se esfuerza por darle un futuro a su familia, trabajando la árida tierra en una granja de su propiedad… los problemas llaman a su puerta y un viejo amigo le ofrece una salida; un viaje épico que le llevara a encontrarse a si mismo o lo hundirá definitivamente en los infiernos.

Este es el argumento del ultimo comic que he leído (que no solo de Kung Fu vive el hombre), y que me parece lo suficientemente brillante como para hacerle esta reseña. La verdad es que me parece una de las mejores historias sobre Lobezno que se han publicado en 2011, y casi diría que es imprescindible para cualquier buen aficionado al canadiense de las garras de adamantium.

En esta historia el gamberro de Mark Millar se suelta la coleta y nos enseña una América post apocalíptica muy original e interesante que encaja bastante bien en el propio universo de Marvel, si bien es cierto que se toma ciertas licencias como por ejemplo el notable envejecimiento de Logan (que teóricamente debería ser bastante menos acusado dado su factor regenerativo) o el increíble Spider-movil (el coche fantástico es un auto de choque en comparación), pero todo se le disculpa pues lo hace en aras de la historia que nos quiere contar, y los dibujos de Steve Macniven son lo bastante buenos para lograrlo, por lo que El Viejo Logan termina siendo un gran trabajo que merece la pena tener en la estantería.


Este comic se publicó primeramente en edición mensual, pero los chicos de Panini Comics lo volvieron a sacar en un libro único de 216 páginas, que una vez leídas le dejan a uno con ganas de más. Y es que una de las cosas más geniales de Mark Millar es que crea historias y universos ambiciosos, abiertos a la continuación… y así sucede también en El Viejo Logan.


¿Veremos más aventuras de “el lobezno solitario y su cachorro”?


Sinceramente, espero que si.


Que lo disfrutéis, y os deseo un prospero 2012.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Monjes Shaolin. El Alma del Kung Fu


Sin sufrimiento no hay aprendizaje.  Es la primera lección para todo aspirante a maestro kung-fu. Hoy, el templo Shaolin recibe hordas de turistas deseosos de consumir exhibiciones de artes marciales. A pocos kilómetros, otro templo, casi secreto, quiere mantener las raíces de este arte chino. Suena la campana. Entramos en él.


Los gallos todavía duermen. La niebla de la madrugada apenas permite adivinar los rostros de los aprendices de shaolin, que se van alineando según la altura, a tientas, mientras terminan de acomodarse las túnicas de color naranja. Sonámbulos, guiados por el instinto o la rutina, trazan círculos invisibles con las muñecas; luego, con los tobillos, el cuello y los hombros.

Algunos abren los ojos y tratan de enfocar las pupilas dilatadas por la falta de luz. En sus oídos, como un grito de guerra, retumba la palabra que es saludo y bendición al mismo tiempo:

"Amithaba"

Es la voz del maestro Shi Miao Hai, de 25 años, quien más tarde, por la noche, reventará un saco de arena mientras juega a dar patadas bajo la parpadeante luz de un fluorescente.

"Lao tsi hao" (buenos días, maestro), repiten los cerca de setenta alumnos, entre europeos y chinos, cuyas edades oscilan entre los 6 y los 40 años.

Salen todos a paso ligero, una nube naranja golpeando el asfalto. Yi, er, san. Un, dos, tres, y sin mirar atrás. Un aprendiz de shaolin nunca mira atrás, tampoco hace preguntas, solo acata órdenes. La vida privada, en estos momentos, es un lugar remoto. Aquí duermen 16 personas en cada habitación, y 70 comparten dos duchas. Todos forman parte del mismo ejército.

Lección número uno: sin sufrimiento no hay aprendizaje.

El recorrido es variable, un día será solo hasta la primera curva pronunciada a un kilómetro del templo, al día siguiente podrá ser hasta la rotonda (2 kilómetros) o, si la suerte no acompaña, la vuelta completa, que implica correr primero sobre una pendiente de asfalto, luego a través del campo y, para finalizar, un sprint frente a 350 peldaños de una escalera. Si en los caminos de la vida siempre hay piedras, en este recorrido hay el doble, y no es metáfora. Algunos aprendices se quedan sin aliento e intentan buscar un atajo, y a la mayoría le empieza a pasar factura el calzado.

Las zapatillas que usan los monjes shaolin y la gran mayoría de practicantes de artes marciales en China son marca Feiyue, que, literalmente, significa "avanzar a saltos". Cuestan 10 yuanes (1,50 euros) y las venden en todas las esquinas del país. Flexibles y ligeras, son lo más parecido a caminar directamente con el pie en el suelo. Hace unos años, un francés que paseaba por Shanghái vio en ellas un filón comercial y empezó a importarlas. Orlando Bloom fue pillado en un parque por un paparazi. Llevaba unas Feiyue. Hoy, en París y Nueva York se venden por 50 euros.

En la distancia, mientras los alumnos lamentan no tener una plantilla de silicona, las nubes se descorren y dejan ver un escenario de postal: Songshan, una de las cinco montañas sagradas de China. Declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999, Songshan es un entramado montañoso de densa vegetación que abarca 60 kilómetros de extensión y esconde caminos hacia templos taoístas y budistas, pagodas y un monte muy especial para la historia de las artes marciales: Shaoshi, donde nació el kung-fu shaolin hace más de 1.500 años, cuando el emperador Xiaowen de Wei del Norte cedió unas tierras para la construcción del templo Shaolin, literalmente, "bosque joven".

Al principio, los monjes del templo Shaolin solo meditaban. Hasta que apareció Bodhidarma, llamado Da Mó en China, un hombre de abundantes cejas y barba, cargado de leyenda y misterio, de quien se dice que fue capaz de atravesar un lago sobre un junco, ayudado solo por la brisa. Da Mó llegó al templo Shaolin desde la India, dispuesto a difundir el budismo chan (zen). Meditó durante nueve años en la montaña, y lo hizo hasta dejar impresa su sombra en una cueva, hasta tener que arrancarse los párpados para no quedarse dormido. Estuvo más de tres mil días aislado. En el silencio, además de cultivar su espíritu y concentrarse en lo fundamental, observó con ojo clínico a los animales* Ver notas al pie del articulo.

Después de los estiramientos, los aprendices de shaolin continúan con distintos tipos de ejercicios para expandir sus pulmones y endurecer sus músculos: carretillas, saltos, fondos, flexiones, hidráulicas, abdominales. Algunos meniscos empiezan a pedir auxilio justo antes del momento del chi pen kung, una rutina que aspira a la perfección técnica. La idea es que, gracias a las repeticiones, cada movimiento fluya de manera natural.

Shi Miao Hai hace una demostración y se transforma en esa grulla, serpiente, tigre o mono que observó Da Mó en las montañas y que inspiraron el tratado sobre músculos y tendones al que llamó Yi Jin Jing, origen del llamado Chikung. Estas técnicas sirvieron para desentumecer a los monjes, agarrotados de tanto meditar y con un notable sobrepeso debido a la inactividad. A los ejercicios de Da Mó se les sumaron las enseñanzas de los guerreros que llegaban al templo para descansar o huir de las batallas. Los monjes shaolin se nutrieron de todo ello y fue así como se desarrolló el gong-fu, que al entrar en contacto con los occidentales pasó a llamarse kung-fu.

El maestro de sonrisa en la mirada anima a los alumnos a emitir un grito, que también es gruñido, para fortalecer el qi (pronúnciese chi), ese flujo de energía que en instancias superiores hace que los maestros rompan lanzas con la cabeza, soporten patadas en los testículos o partan ladrillos con los dedos. Ese grito seco y profundo expresa la esencia del maestro, es el sonido del esfuerzo y la excelencia. Hay ligereza, flexibilidad y fuerza en cada pequeña acción. Los alumnos lo contemplan en picado, como cuando se tiene un rascacielos delante. Su cuello bovino parece invencible. Aun así, el batallón de hormigas intenta imitar al tigre con entusiasmo.

7.30. Suena la campana que marca el ritmo biológico en el templo. Hora del desayuno. Arroz, verduras, un poco de tofu, un plátano por persona.

El apacible entorno en este templo budista perdido en las montañas se quiebra con el estallido de la pirotecnia. Suena como una ráfaga de metralleta. Los alumnos extranjeros (o laowais), que apenas tienen fuerzas para espantar a las moscas, dirigen sus miradas hacia las escaleras de piedra, pero las agujetas diluyen cualquier intento de subir a explorar. Sin embargo, allá arriba hay una pequeña ciudad por descubrir.
El templo cuyo nombre no se puede pronunciar se ubica a pocos kilómetros del templo Shaolin, es el hermano discreto, el que no quiere aparecer en las guías, ni formar parte de un circuito turístico. Existe un acuerdo tácito entre los laowais y los maestros para preservar el anonimato. Existe el deseo de que este templo secreto y perdido mantenga sus raíces mientras pueda, que la apertura al mundo sea paulatina y no de golpe y sin aviso como en el resto de China. Shi Miao Hai opina que, como en todas las cosas de la vida, siempre hay riesgos, pero transmitir las enseñanzas del kung-fu es necesario, y para ello se debe confiar en el buen corazón de las personas.

Este es el segundo templo budista más antiguo de China y el lugar donde residen, entrenan y enseñan grandes maestros del kung-fu de espaldas a los campeonatos, la publicidad y las medallas. No quieren vender kung-fu a cualquier precio y tampoco convertirse en el parque temático que es el vecino templo Shaolin, que recibe hordas de turistas. Hay que hacer cola para rezarle al Buda, para ver la sombra en piedra de Da Mó, o los agujeros en un árbol, perforado por la fuerza de los golpes de los monjes guerreros. En "Shaolinland" hay demostraciones de kung-fu programadas tres veces al día, en las que los niños, vestidos con túnicas brillantes, realizan saltos y acrobacias circenses ante audiencias de mil personas cada vez.

En cambio, el templo discreto apenas recibe visitas.

En la planta inferior residen los monjes guerreros y Lao Tses, o viejos maestros, y sus aprendices destacados, o Jiaolian. La dinámica diaria es parecida a la de un colegio. Hay alumnos que viven aquí todo el año y otros que vienen de distintas ciudades de China, sobre todo de la vecina Dengfeng, a realizar cursos de verano. Algunos son huérfanos y han sido adoptados por el dashifu, que viene a ser como el director del colegio. Todos estos niños y adolescentes reciben una educación física e intelectual, pues combinan los estudios de filosofía, caligrafía, historia y matemáticas con la práctica del kung-fu. En el futuro, haber recibido una educación marcial les dará una ventaja comparativa frente a otros ciudadanos chinos que aspiren al mismo puesto. Cuando no entrenan, la vida de los alumnos locales se reduce a comer chuches y helados, por las noches, ver alguna película de Jet Li o los X-Men y cazar chicharras para luego atarles la patita a una cuerda y hacerlas volar como cometas.

La pirotecnia que se escucha allá arriba sirve para espantar a los malos espíritus, dice el shifu (maestro), pero hay algunos que ya ni oyen y solo buscan una piedra donde reposar su anatomía y escribir en sus diarios el alcance semántico de la palabra agujeta. Shifu Carlos Álvarez, que ha venido con alumnos de su escuela en Madrid, los anima a seguir y recuerda sus días de entrenamiento para convertirse en maestro, cuando tenía que golpear agua para fortalecer, incluso, las yemas de sus dedos. "Yo fui uno de los primeros occidentales en venir al templo y también el primer maestro que consiguió convencer a los monjes para que aceptaran mujeres en los entrenamientos. Antes de venir por primera vez, en 1988, pensaba que los monjes eran leyendas o que existían solo en las películas, pero eran de verdad. Los entrenamientos eran brutales, pero desde entonces solo vivo y respiro kung-fu".

Es sábado en el templo secreto y los visitantes budistas venidos de pueblos cercanos queman las pertenencias de sus muertos en los hornos donde antiguamente se cremaba a los maestros. Prenden inciensos al Buda de la prosperidad, mientras una abadesa, la única mujer residente en el templo, selecciona hojas de un arbusto con paciencia quirúrgica. El personaje central del templo, el fan dang, aparece escoltado por dos monjes. A uno de ellos le dicen Terminator. No se puede mirar al fan dang a la cara, sería una falta de respeto buscarle los ojos. Dentro del templo, el fan dang es conocido como el Oráculo, por tener el poder de adivinar el futuro, además de ser la máxima autoridad, una especie de sumo sacerdote. El guardaespaldas que lo acompaña, Terminator, no parece esculpido en piedra. Es de piedra, como casi todos los monjes guerreros que habitan en este templo, a diferencia de los monjes religiosos: flacos y desgarbados, vegetarianos y célibes, que se dedican a rezar y difundir el budismo.

El entrenamiento de hoy es en una de las terrazas superiores. Para llegar hasta allí hay que atravesar el taller del calígrafo, del profesor de budismo, del pintor y de los pequeños altares dedicados a distintas divinidades o héroes, como Wenshu Budishattva o Dazu Huike, el discípulo de Da Mó que se cortó una mano para convencerlo de que abandonara la montaña y se convirtiera en su maestro. Así, también, nació el kung-fu, y en honor a su sacrificio, los monjes shaolin son los únicos budistas que utilizan solo una mano para saludar o hacer una reverencia.

A la sombra de dos árboles sembrados hace más de 2.000 años, cuando el templo secreto fue fundado, se inicia la segunda tanda de ejercicios del día. El reloj marca las ocho de la mañana y esta vez los alumnos tienen que practicar formas o tao lu, coreografías que involucran una larga cadena de movimientos, algunas veces suaves y estilizados, y otras, fuertes, con mucho chi. Entrenar junto a los alumnos locales tiene la ventaja de mirarse en el espejo de la perfección. Ellos parecen estar genéticamente predispuestos a los saltos y las coreografías. Los discípulos extranjeros se esfuerzan y, poco a poco, van entendiendo que kung-fu, cuyo significado literal es "trabajo continuo", es darlo todo y hacerlo bien. Cuando se entrena y cuando no.
Para Shi Miao Hai, entrenar a alumnos occidentales es un acto de desprendimiento que considera necesario en los tiempos que corren. "Nuestra sociedad se abre cada vez más, nuestra cultura está abierta al mundo y no se puede vivir encerrado. Tenemos que expandirlo a través de personas de buen corazón que quieran entregarse. Al principio, los alumnos solo quieren pegar y pelear, pero cuando llegas a un nivel más alto ves que no es solo eso. Es algo interno. El kung-fu es vida cotidiana, es felicidad y vida". Acto seguido da la orden, "Amithaba", y tiene a un ejército de buenos corazones a sus pies, haciendo 20 flexiones para calentar los tríceps.

El tiempo en el templo está dividido en desayuno, almuerzo y cena (no hay que ser oráculo para adivinar el menú: siempre arroz, verduras picantes, y pollo o paloma) y entrenamientos intercalados. El resto del tiempo se puede intentar una conversación, con un diccionario a mano o alguna aplicación para móviles, con los monjes. Todos llevan móviles de última tecnología, de donde se desprenden baladas románticas, en el caso de Shi Miao Hai, o Rihanna, en el caso del monje guerrero Shi Miao Du. Nada parece alterarlos. ¿En algún momento se irritan, se frustran, sienten tristeza o melancolía? "Todo es pensamiento y corazón. Todos los días, uno tiene problemas que solucionar, y lo importante es ver la manera de hacerlo. Si te complicas la vida no serás feliz".

Dengfeng, la ciudad que Lonely Planet describe como "sórdida y vieja", es caótica, los semáforos cumplen una función decorativa y las motos son un verdadero enjambre de avispas que llevan tres y hasta cuatro pasajeros sin casco. Los pequeños comercios se mezclan con edificios enormes, casi siempre ocupados por sedes de grandes bancos, anchas avenidas donde es frecuente ver a las personas en cuclillas viendo la vida pasar con un cigarrillo en la boca.

A pesar del caos y de la basura acumulada, la ciudad mantiene cierto orden. Las calles se organizan en función del servicio que ofrecen: peluquerías, juegos clandestinos, prostitutas, tiendas de verduras y frutas, puestos de comida, pompas fúnebres, centros de masajes y, por supuesto, tiendas de armas donde comprar las espadas, lanzas, varas, escudos y látigos que se emplean en las artes marciales. De pronto, uno repara en el sonido que hace un látigo al golpear el asfalto. También en que, por lo menos, de cada diez peatones, cinco llevan unas Feiyue.

El motivo de que tantas personas lleven un chándal, zapatillas y una camiseta con figuras marciales está relacionado con el número de escuelas de kung-fu en la ciudad. Desde el taxi que conduce por la avenida de Beihuan se pueden ver por lo menos 50 y de enormes proporciones. Estas escuelas parecen ministerios, tienen más de 10 plantas y la mayoría cuentan con más 5.000 alumnos. Algunas escuelas ofrecen certificados de maestros e, incluso, pueden bautizar con un nombre budista a los interesados. Si bien durante la revolución cultural los monjes shaolin fueron perseguidos y sus templos clausurados, cuando no incendiados, en los años ochenta reabrieron sus puertas y empezaron a cobrar fuerza. Bruce Lee, Jet Li y David Carradine, verdaderos embajadores de las artes marciales chinas en el mundo, contribuyeron a que su influencia se expandiera.

Las escuelas de esta ciudad, de 630.000 habitantes, ofrecen una formación física y espiritual a por lo menos 70.000 personas. Algunas de ellas han sido fundadas por monjes guerreros shaolin que han optado por rentabilizar sus conocimientos. Epo Wushu College es una de las preferidas de los extranjeros. Por 700 euros al mes, uno puede practicar kung-fu dos veces al día (el primer entrenamiento es a las nueve de la mañana, y el segundo, a las cinco de la tarde) en unas instalaciones de lujo con tatami, sauna, ducha, Internet, masajes, aire acondicionado, bar, y restaurante a la carta. Un hotel cinco estrellas en toda regla, con la diferencia de que cuenta con más de 400 profesores de artes marciales.

Mientras que en la provincia de Henan y en el resto de China todo florece y crece de manera geométrica, un grupo de monjes guerreros se mueve lejos de los focos del protagonismo de un país en apogeo. Mantienen la mística milenaria y resisten, pero con mano blanda. Si bien en el templo secreto la brisa de la montaña sagrada parece haber detenido el tiempo, el vecino Dengfeng, con sus cabinas de Internet, sus accesorios para móviles, sus restaurantes fast food y su creciente demanda de escuelas de kung-fu, es una ventana al mundo difícil de mantener cerrada por mucho tiempo.

Articulo de Verónica Ramirez Muro

Notas personales:

*       Todo esto es generalmente dado por cierto, y forma parte de la historia y/o leyenda de el Kung Fu Shaolin, sin embargo no es menos cierto que en el Siglo XVII la dinastía Ching arraso los templos Shaolin acusándolos de rebeldía, y se sometió a una dura persecución a los pocos supervivientes que lograron escapar de la destrucción, los cuales enseñaron secretamente sus técnicas a alumnos laicos (no monjes), los cuales a su vez crearon los estilos de Kung Fu tradicionales a partir de estos (Hung Gar, Pak Mei, Choy Lee Fut, Wing Tsun, etc…).

*       Dada la implacable persecución a la que se sometió a todo lo que sonase a Shaolin por parte de la dinastía Ching, existen muchas dudas sobre si el estilo “Shaolin” que se practica hoy en día es el originario de los antiguos templos o más probablemente desciende de el, como los demás estilos clásicos que se enseñan hoy en día.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Exhibición de Hung Gar en Pamplona. Junio de 2011



El pasado 11 de Junio los alumnos de la escuela de Hung Gar Siu Lam Choom Yi Tong tomamos la céntrica Plaza de San Nicolás, realizando en ella una pequeña exhibición de nuestro particular estilo de Kung Fu.

De esta manera realizamos la tradicional Danza del León, seguida de demostraciones de formas individuales y en grupo, formas de armas y hasta una pequeña coreografía de combate en la que se podían entre ver las aplicaciones marciales de las formas que se mostraron antes.

Forma Fook Fu Kuen
Forma Fook Fu Kuen en grupo
Coreografia de Combate
Forma de Arma: Banqueta
Forma de Arma: Kwan Dao realizada por nuestro Sifu Patxi Oloriz

Con esta exhibición teníamos un doble objetivo:

Por un lado los alumnos de la escuela tendríamos que vencer los nervios de mostrar nuestros conocimientos ante un publico ajeno y curioso, que nada tiene que ver con este mundo de las artes marciales; lo cual ya de por si era todo un reto.

Por otro lado nuestra escuela quería festejar la reinauguración del Restaurante Hong Kong, propiedad de la familia de un buen amigo nuestro, apoyando así su futura prosperidad en su nueva etapa. Fue por eso que al termino de la exhibición propiamente dicha, organizamos un pequeño pasacalles hasta la terraza del restaurante (que esta en un primer piso) y una vez allí hicimos bailar de nuevo a  nuestro león hasta que logro arrancar con la boca la lechuga de rigor, que desde el balcón del restaurante habían colgado de una cuerda para tal fin, esperando con ello atraer la buena fortuna para con el local.

Propietarios y personal del Restaurante Hong Kong disfrutando del espectaculo

Personalmente puedo decir que disfrute la experiencia. Creo que el publico que fue reuniéndose para vernos también lo hizo, y todos lo pasamos bastante bien a pesar de los nervios escénicos y demás historias (e histerias) propias de un acontecimiento como este.

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Cómo Comprar Linimentos?


Como su nombre indica, esto pretende ser un tutorial sobre como encargar los linimentos que utilizamos en Hung Gar para tratar las lesiones propias del entrenamiento. Me he decidido a colgarlo para que mis compañeros y otros interesados puedan hacerse con ellos por su cuenta (si necesitais más información sobre que son y como funcionan los linimentos en la medicina deportiva china, podeis hacerlo desde AQUI).

También quiero aclarar que para ello tomo como base la pagina web de Plum Dragon, empresa americana especializada en medicina china, y no por que me lleve comisión alguna (que tampoco me importaría), sino por que es la que nuestro Sifu me recomendó en su momento (y no, el tampoco se lleva ninguna comision de esto), y siempre me han demostrado seriedad y profesionalidad en estos asuntos.

Pues bien, si queremos conseguir linimentos para nuestra práctica de Hung Gar, primero tendremos que responder a algunas peguntas:

¿Qué Linimentos Necesito?

De todos los tipos de linimentos que podemos utilizar hay dos que vamos a necesitar en nuestra práctica marcial:

-  Linimentos para Traumatismos: Que son los que necesitaremos para tratar los recurrentes moratones que inevitablemente nos saldrán al realizar bloqueos o ejercicios de endurecimiento tales como “el puño de las tres estrellas”.

-  Linimentos para la Palma de Hierro: Que son los que utilizaremos para tratar las manos tras realizar las sesiones de endurecimiento propias de la Palma de Hierro y otras (en las que golpeamos repetidamente una bolsa llena de garbanzos, piedras o bolas de hierro, dependiendo del nivel).



¿Cuánto quiero complicarme la vida?

Hay dos formas de conseguir los linimentos que necesitamos: Comprarlos ya preparados (listos para usar) o Comprar los materiales necesarios y macerarlos en nuestra casa.


-       Ya Preparados: Plum Dragon los vende en frascos de 4 onzas (0,12 litros) o de medio galón (casi 2 litros).

Yo recomiendo los frascos de 4 onzas por que vienen con un gotero que evita desperdiciar linimento al aplicarlo, lo que permite que dure mucho tiempo, y por que los de medio galón no están garantizados en envíos internacionales (así que si te llega roto te quedaras sin linimento y sin el dinero).

Plum Dragon ofrece varias recetas ya preparadas, pero yo recomiendo estas por su buena relación calidad/precio:

Dit Da Jow para Traumatismos (de 4 Onzas o de Medio Galón)
Dit Da Jow para Palma de Hierro (de 4 Onzas o de Medio Galón)




-      Ingredientes Secos para Macerar: Plum Dragon también ofrece una amplia lista de ingredientes desecados propios de la medicina tradicional china (todos legales por supuesto), y en un momento dado podríamos comprarlos por peso para prepararlos nosotros mismos. En el caso de los linimentos que utilizamos, podemos comprarlos con las mezclas ya preparadas y pensadas para que las maceremos en nuestra casa dando generalmente  para un galón de linimento preparado (aproximadamente 4 litros).

Este sistema es el mejor si queremos hacer mucho linimento, nos permite adquirir linimentos tradicionales de muchas escuelas y a la larga es más económico que ir comprando frascos de 4 onzas, sin embargo es también el sistema mas complicado, ya que para macerar el linimento necesitaremos uno o varios frascos de cristal (los de plástico no dan buenos resultados) y que cierren herméticamente, con una capacidad total de un galón, además de otro galón de un alcohol de gran graduación (Vodka, Orujo o Aguardiente son buenos materiales).

Se mezcla todo y se deja macerando durante seis meses en un lugar seco y fresco, durante los cuales es recomendable ir agitando los botes de mezcla periódicamente.


Si estáis dispuestos a tomaros el trabajo de macerar vuestros propios linimentos, AQUI tenéis una lista de preparados tradicionales entre la que podréis elegir lo que más os convenga (SHI YONG TIE DA JIU FANG y WONG FEI HUNG #2 IRON PALM JOW, ambas fórmulas de Hung Gar, son mis favoritas).
 

sábado, 26 de noviembre de 2011

Viaje a Barcelona y Presentación del libro: La Naturaleza del Muk Yan Jong

Imagen cedida por Emisucio (o eso spero ;-D )

 El pasado fin de semana varios alumnos de la escuela Siu Lam Choom Yi Tong tuvimos el privilegio de acudir junto con nuestro Sifu Patxi Oloriz a la presentación del libro de Wing Tsun “La Naturaleza del Muk Yan Jong” del Sifu Santi Pascual.

La ocasión era estupenda, ya que viajáriamos a Barcelona y podríamos así conocer al Gran Maestro de Hung Gar Wong Ping Pui, nuestro “abuelo marcial”, y si el tiempo lo permitía, entrenar con el en su casa antes de acudir a la presentación del libro, a la cual también era invitado de honor Sifu Wong Ping Pui.

Así que hicimos las maletas, y con las primeras luces salimos en tren hacia la capital catalana. A pesar del sueño el viaje en tren se nos hizo muy ameno entre bromas y anecdotas, y cuando quisimos darnos cuenta ya habíamos llegado.

La verdad es que no perdimos un segundo: De la estación de trenes a el metro, del metro a la pintoresca pensión de mochileros guiris en la que nos alojamos (¿Quieres conocer la Barcelona mas turística?, ¿tocar la guitarrita hawaiana que tenemos colgada de la pared?, Hello, Were are you from?), de allí a Fuji Sports a mirar material de entrenamiento y equipo deportivo vario (¡aproveche para comprarme unos guantes nuevos para entrenar!) y como entre unas cosas y otras se nos había hecho la hora de comer, acudimos en masa al Restaurante del Gran Maestro Wong. Era un local pequeñito pero muy bien distribuido, decorado con todo lujo de detalles y en cuyas paredes colgaban toda suerte de placas conmemorativas, fotos de amigos y alumnos del Maestro Wong, y en general un resumen somero de lo que representa toda una vida enseñando Hung Gar al mas alto nivel.

En el Restaurante de Wong, antes de ir a entrenar

Comimos estupendamente bien, y no perdimos oportunidad de conocer a su familia, al tiempo que nos enseñaba el nuevo león que nuestro Sifu había encargado de Hong Kong (toda una belleza) y que desembalábamos ese mismo día ya que bailaría por primera vez en la presentación del libro de Santi Pascual.

Y así paso veloz y agradablemente la comida, los postres, el te de rigor, y marchamos a la casa del Maestro Wong a entrenar en su mítica terraza, y cuando digo mítica no es para menos, ya que sobre su rojizo y a veces resbaladizo suelo (había llovido poco antes) se han entrenado la mayoria de los maestros de Hung Gar de este país.

Mas Kun!!, Mejor Posicion!!, Mas Kun!!

He de decir que para mi (y seguro que para el resto de mis compañer@s) este fue el momento cumbre de nuestro viaje.  El Maestro Wong resulto ser un hombre encantador, amable y hasta divertido, que no perdía la paciencia ante nuestros movimientos chapuceros, cuando no directamente torpes… aunque también resulto un maestro muy exigente, y realmente nos dejamos la piel en su terraza.

Tuvimos también la suerte de conocer a sus actuales alumnos (entre ellos a su hijo menor), aunque creo que les “robamos” la mayor parte de la terraza en el proceso… cuestión esta que tuvieron la gentileza de no comentar, mostrándose en todo momento amigables y obsequiosos (Gracias a todos!).

El Gran Maestro Wong (Derecha), Sifu Patxi Oloriz (Izda) y todos nosotros junto a sus alumnos poniendo cara de buenos

 El caso es que chorreantes de sudor pero bastante satisfechos, se nos hecho la noche en cima… ¡y la hora de acudir a la presentación del libro!

Así que ya podréis suponer lo que siguió: Carrera hacia el metro, del metro al hostel, ducha express, mudas limpias (¿Teneis un peine?, ¿Cuándo van a salir estas del baño?, ¡Que no llegamos!) y al Restaurante Rio Azul, donde se haría la presentación y posterior banquete.

He de decir que al final pudimos llegar a tiempo (Santo Metro), y preparar los pormenores de la presentación. Mientras ultimábamos detalles el local se fue llenando de alumnos de Santi Pascual, y de otros maestros amigos suyos hasta que estuvo todo preparado y el recibidor del restaurante hasta la bandera.

Allí estábamos reunidos con otros tantos maestros y practicantes de artes marciales, sobretodo de Wing Tsun, pero también de otros sistemas, y en este ambiente tan cordial se inicio la presentación propiamente dicha.

Sifu Wong (Derecha) y Sifu Santi (Izda)

Primero de todo Sifu Wong y Sifu Santi realizaron “La Ceremonia Hoi Yin” (Apertura del Ojo), que representa el nacimiento de los leones en este mundo. Según la tradición China, un león nuevo no puede ser bailado sin haberse realizado antes la ceremonia de Hoi Yin, mediante la cual los nuevos leones se presentan con sus ojos y boca en una posición cerrada. En ese momento, los Sifus rogarán a los cielos para que los dioses abran las puertas del cielo, de modo que el espíritu del león pueda descender a la tierra e introducirse en los cuerpos de los leones. Al terminar este momento disfrutamos con la Danza del León magníficamente ejecutada por las dos escuelas, la de Wing Tsun (Rojo y Negro) y la Hung Kuen (Negro y Verde).

Hasta que cuelgue el video, le robo esta foto a Emisucio...

He de decir que me encanta la Danza del León, acompañada por el enorme tambor de piel de búfalo (que habilidosamente toco el Maestro Wong), los platillos y el gong de bronce, y el ver como dos equipos de bailarines hacían cabriolas con los leones en un espacio tan reducido sin estorbarse entre si… ¡fue sencillamente espectacular!

El acto prosigue con las siguientes participaciones. (Cortesía de mi amigo Emisucio. Si Emi, esto te lo estoy copiando descaradamente ;-D):
  • Esteban Bagué la forma Fook Fu Kuen (Hung Gar)
  • Patxi Oloritz la forma Fu Hok Seung Ying (Hung Gar)
  • Jaime la forma Fu Pao Kuen (Hung Gar)
  • Luis Alfranca la forma Chum Kiu (Wing Chun)
  • Joel forma Biu Jee (Wing Chun)
  • Chisao: Juanma Sanz, Juan Cervantes, Dani Lopez, David Robinson, Liberto Bosh, Luis Alfranca, Jordi, Sergio,Joel (Wing Chun)
  • Sifu Santi y David tecnicas de Chi Gerk (piernas pegajosas) (Wing Chun)
  • Sifu Santi forma de Muk Yan Jong (Wing Chun)

Tras esto el Maestro Santi Pascual nos explico de forma amena e interesante los principios del Wing Tsun y sus aplicaciones al muñeco de madera (o Muk Yan Jong) a trabes de ejercicios en parejas y formas individuales (comentadas antes), tras lo cual tocaba la entrega de libros a los colaboradores del proyecto, firmas de agradecimientos y comentarios sobre los aspectos gráficos del mismo. Desarrollándose todo esto de forma amena y divertida, reinando la cordialidad y el buen rollo en general.

Tras tantas emociones todo el mundo estaba hambriento y sediento (yo especialmente, como suele ser habitual), y nos dirigimos cada cual a sus respectivas mesas.

No puedo dejar de comentar la enorme suerte que tuve de poder coincidir en este evento con el bueno de Emisucio, responsable del Blog “Saca Tus Sucias Pezuñas de Mi Tatami”. Ya nos conocíamos a través de nuestros respectivos blogs, y fue todo un puntazo poder conocernos en carne y hueso, resultando ser un tipo amable y majeton a más no poder (Emi, tenemos pendiente una juerga como dios manda...).

Emi, definitivamente en esta foto sales mejor que yo...


He de decir que la fama del Restaurante Rio Azul era merecida, ya que nos agasajaron con multitud de ricos y abundantes manjares de la cocina China (de los cuales sea dicho de paso, solo conocía el inevitable plato de arroz), todo ello regado de abundante vino de la tierra, el cual termino por subírsenos un poco a la cabeza (Bueno, a unos mas que a otros, jejeje!). Los Navarros hicimos gala de nuestra habitual moderación y al final tuvo que salir el dueño del restaurante a “agradecernos que nos hubiésemos comido toda la comida” = sacarnos del local, que tenia que cerrar ;-D).

¡Exaltacion de la amistad!

 Fue una verdadera pena que tanto nosotros como la mayor parte de los invitados tuviéramos que madrugar al día siguiente para marchar a nuestras respectivas casas, lo que nos impidió arrasar con la noche  Barcelonense, algo que habríamos hecho muy gustosamente, por cierto…

Al día siguiente nuevo madrugon (¿Quién dijo resaca?), discusión con la de los autobuses (¡Esa lanza no es una mochilla!, ¿No me diga señora?) y todos para casa.

En definitiva, que lo pasamos en grande, entrenamos, conocimos gente muy maja y lo rubricamos todo con un buen banquete…

¿Quién dijo que el Kung Fu era solo sudor y sacrificio?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Iniciacion al Wu Shu Tradicional, por Sifu Adam Hsu



Hoy os dejo un interesante artículo del maestro Adam Hsu tomado de la webb de wutanspain, traducido por Francisco Mulet Ferrer -Estudiante de Wutan España.

En el, el Maestro de Kung Fu Norteño, nos cuenta como fue su iniciación con el Gran Maestro Liu Yun Chiao, allá en Taiwan.

Lo encuentro muy interesante, especialmente por que cualquier estudiante de Kung Fu (sea cual sea su estilo) puede extraer de el una o dos lecciones sobre constancia, compromiso y sacrificio en la practica de las artes marciales chinas, cualidades que quizás prefiramos pasar por alto en nuestra mentalidad occidental, y sin las cuales difícilmente llegaremos a algo en este camino, tan tortuoso a veces, de las artes marciales.

Para ver artículo original en inglés visitar Web Gran Maestro Xü Ji (Adam Hsu):
AHKFS Home Page


El autor (Izquierda) y Sifu Liu (Derecha)

“En memoria del Shifu Liu Yun Chiao. Cómo llegué a ser aceptado como su estudiante”.


Comencé mi práctica de wushu con chang quan (puño largo). Más tarde, aprendí varios estilos de mantis religiosa. Adicionalmente, aprendí algo de xing-i quan Hebei.

Estoy agradecido a todos mis profesores por su enseñanza. También estoy agradecido por el riguroso entrenamiento que he encontrado en los distintos estilos de wushu. Estas experiencias aumentaron mi interés por el wushu tradicional y me dieron más confianza. Ellos me motivaron continuamente para avanzar por mí mismo hacia un nivel superior de wushu.

Finalmente, tuve la gran oportunidad de aprender del Shifu Liu Yun-Chiao, conocido como “Maestro de baji y pigua zhang, ahuyentador de demonios y fantasmas”. El Shifu Liu me condujo a otro largo viaje en mi práctica del wushu.

El primer reto del Shifu Liu fue el no negarse a enseñarme. Al contrario, me dijo: “Tus técnicas no son malas y tus habilidades son buenas. Puedes aprender algunas formas de baji quan y algunas formas de pigua zhang y terminar ambos rápidamente. Entonces podrás practicar por placer.”

Yo, firme y agradecidamente, rechacé su “amabilidad”.

Entonces el Shifu Liu planteó una serie de condiciones para probar mi sinceridad.:

Él dijo: “Si realmente quieres aprender bien, no hay atajos. Debes ser paciente y tener voluntad de practicar durante un largo período de tiempo.”

Respondí: “Sí, señor”

Dijo: “Vendrás a aprender conmigo cada tarde durante cuatro horas por sesión.”
Contesté: “Sí, señor.”

Añadió: “Has aprendido demasiados estilos en el pasado. Debes abandonar esos estilos y dejar de practicarlos desde ahora.”
Respondí: “Sí, señor”

Dijo: “Debes practicar de este modo con persistencia sin interrupción durante dos meses. Tras esto yo podría considerar aceptarte como mi estudiante.”

Contesté: “Sí, señor.”

Siguió: “No debes decir a nadie que estás aprendiendo wushu conmigo y no debes traer aquí a nadie.”

Respondí: “Sí, señor”

Añadió: “Aparte de tus estudios superiores y tu trabajo, necesitas tener el descanso suficiente. Debes cuidarte bien, comer bien con la nutrición suficiente, y no tener malos hábitos.”

Contesté: “Sí, señor.”

Dijo: “Se que quieres aprender baji quan, pero no es apropiado para ti comenzar a aprender baji quan justo ahora. Tienes muchos movimientos viejos, viejas costumbres, de los que necesitas despojarte completamente. He decidido que debes aprender pigua zhang primero. ¿Estás de acuerdo?”

Yo estaba muy decepcionado y dudaba si aceptar. ¡No sabía qué hacer! Pero no tenía otra opción y contesté: “Sí, señor.”

* * *

¡El desafío real comenzó en el verano extremadamente cálido y húmedo de Taiwan!

Bajo el entrenamiento individualizado del Shifu Liu, sentí un tremendo dolor y desarrollé falta de confianza en mí mismo tanto física como mentalmente. Aprendí muchos movimientos básicos de pigua zhang. Sin embargo las corrección que recibí del Shifu Liu durante mi práctica parecían ser siempre como:

“Relaja, relaja más, relaja todavía más...”

¿Relajar más? ¡No hubiera podido ser capaz de practicar si relajara más! Sólo podía gritar en silencio interiormente y sentir como si estuviera siendo tratado de modo injusto.

¿Debía dejar de practicar? Abandonar nunca fue una opción para mí. El Shifu Liu era muy crítico al corregir mis movimientos inapropiados – demasiado flojo, demasiado suave, o incorrecto. El Shifu Liu nunca permitió que alguno de mis errores pasara inadvertido.

Con bastante frecuencia repetía los mismos movimientos diez veces, veinte veces, incluso treinta veces... El Shifu Liu seguía agitando su cabeza y decía:

“No. Está mal. ¡Hazlo de nuevo!”

Además, lo que más me disgustó fueron comentarios como: “¡Demasiado flojo!” “¡Demasiado tenso!” “¡Eso es demasiado flojo otra vez!” “¡Eso es demasiado tenso otra vez!” “¿Por qué es tan tenso?” ¡Parecía que nunca lo hacía bien!

Fue un verano cálido en Taipei. Sólo estando de pie, estaba chorreando con mi propio sudor. Sudaba excesivamente mientras practicaba bajo el sol abrasador; mi corazón lloraba incontrolablemente. En el pequeño patio de la casa del Shifu Liu, tardaba media hora en rociar el suelo de cemento con mi sudor como si fuera una lluvia ligera.

A veces, el Shifu Liu traía un cubo de agua y la arrojaba al suelo mientras yo descansaba o daba un trago. El agua se evaporaba al instante con un chisporroteo.

Cuando acababa mi práctica, mi camisa, pantalones, calcetines y zapatos estaban completamente mojados. Sentía que me iba a desmayar en cualquier momento y estaba demasiado cansado para hablar.

Yo caminaba y me detenía en la parada de autobús tras haberme despedido del Shifu Liu. Cuando el autobús venía, no podía siquiera levantar mi mano para avisar al conductor del autobús. Más de una vez el auxiliar del autobús me miraba con desprecio: ¡Mira tu aspecto vergonzoso!

A la hora del almuerzo, seguía el consejo del Shifu Liu de nutrirme suficientemente. No tenía problema en agarrar el cuenco y acercar el arroz a mi boca. Era capaz de usar los palillos para coger trozos de cerdo también sin problema. Pero mi mano estaba demasiado débil y temblorosa para usar los palillos para sostener los huevos duros guisados en salsa de soja. Mi única forma para asegurar el huevo era pincharlo con los palillos como un tenedor. Mi débil mano no podía mantener las escurridizas y tiernas gambas sin la ayuda de una cuchara

No se olvide que se suponía que debía practicar una vez más antes de irme a la cama.

Yo practicaba con mi propia sombra bajo la luz de la luna en un patio abierto.

Era duro aguantar no sólo físicamente, sino también mentalmente. Tenía que auto controlarme para no aplicar ninguna fuerza inconscientemente.

No tenía que matar al tigre con mi puñetazo. No tenía que patear al tiburón hasta matarlo. NO debía pretender vencer a diez maestros de wushu por mí mismo. No debía imaginar que haría sparring con el Shifu Liu para mostrarle mi mejor habilidad.
No, no, no.

No podía comprender -¿Cómo podía aprender buenas habilidades de wushu con un método relajado y débil?


* * *

La práctica del wushu es lo más importante de mi vida. Es también la práctica del wushu lo que me hace sentir que soy la persona más importante del universo.

Mira el magnífico brillo del sol al atardecer. Soy yo quien guía al sol para alzarse por el este. Mira las estrellas brillantes en el cielo nocturno. Soy yo quien, usando mis golpes y puñetazos, convence al sol para ponerse por el oeste.

Incluso durante el momento más caluroso del día, de la una a las cinco de la tarde, sentía un gran “placer” durante mi “dolorosa” práctica.

Los chinos emplean la palabra "痛快" (tong kuai, directamente traducido como “dolor y placer”) para referirse a la felicidad máxima. Sin duda comprendo que no apreciaremos el verdadero “placer” sin haber recibido primero el “dolor”

Paulatinamente, comprendí aun más: La relajación es el comienzo de la práctica del wushu. Si no se relaja completamente, la práctica será en vano. La relajación permite el flujo mientras que la tensión crea bloqueos. La relajación incompleta desembocará en práctica incompleta.

Más tarde, comprendí más: existe un equilibrio entre la relajación y la tensión. Es la meta final seguida por todas las artes. En otras palabras: la buena circulación del qi obtenida a través de una mente orientada y de un cuerpo relajado. No es apropiado relajar en exceso, no es la forma adecuada de practicar.

Gradualmente, comprendí todavía más: No existe una relación fija entre relajación y tensión que pueda ser usada en cualquier momento y en cualquier lugar. Relajado pero no completamente relajado; tenso pero no completamente tenso. El estado de relajación y tensión depende de la situación y cambia de forma constante. La cantidad y calidad cambian siempre.

Estaba muy animado y satisfecho depende por completo de tu propio criterio y decisión el relajar o tensar.. No existe ningún ancestro o divinidad que pueda hacerlo por ti. Incluso el Shifu Liu sólo podía permanecer de pie y observar...

¡Es arte! Las artes no se presentan con colores, bolígrafo y papel; ni con instrumentos musicales y notas; ni con maquillaje, disfraces, escenarios o iluminación. Requieren únicamente de mí, del yo valiente y confiado que se alza recto en el universo.

* * *

Desde que el Shifu Liu controlaba mi entrenamiento fue formidable, guiándome con paciencia a través del mundo del wushu; yo disfrutaba el entrenamiento y no podía parar en absoluto. Ya había olvidado el objetivo inicial de la práctica y nuestro plazo acordado. Sólo me sumergí en el placer de practicar, practicar y practicar...

Algo ocurrió un día tras la clase.

El Shifu Liu me pidió que me pusiera frente a él. Extendió su mano y dijo: “¡Ven! Déjame probar tu brazo.”

Yo me puse firme e hice una reverencia. Dejé caer ambos brazos cayendo verticalmente hombro abajo. Los relajé como el péndulo de un reloj que oscila de forma natural. El Shifu Liu a veces introducí su mano y dejaba que mis brazos reposaran en los suyos para probar si eran ligeros, pesados, si se hundían o flotaban.

El Shifu Liu asintió y murmuró: “Sí. No está mal.” Entonces giró su palma hacia arriba y me señaló para que dejara caer mis brazos en su palma y antebrazo; levanté mi brazo ligeramente y lo dejé caer con naturalidad; repetí los movimientos de brazo de elevación y caída. Tras la evaluación, el Shifu Liu parecía satisfecho pero continuaba en silencio. Se sento allí, esperó un poco, y entonces me dijo: “Está bien. Ahora eres bueno. Te acepto como estudiante.”

Yo estaba perplejo.

Quizás por mi cara de confusión, él se puso a explicar: “Nosotros inicialmente acordamos un período de prueba de cuatro meses. Hoy sólo han pasado tres meses. Pero lo haces bien. Es bueno que seas tan diligente. Pero el dicho chino “practica de cien días” es sólo el comienzo. Debes trabajar desde ahora incluso más duro...”

Sólo recuerdo vagamente estas pocas palabras pero no le oía con mucha claridad.
¡Extraño! No tenía ninguna emoción en ese momento, ni feliz ni triste. Lo recuerdo con viveza: estaba muy calmado.

* * *

Sifu Adam Shu
El tiempo vuela muy rápido y el Shifu Liu se ha ido hace diez años...

La sociedad se está degradando; la generación joven se vuelve más y más superficial e irrealista. Soporto la situación actual y me siento desesperanzado.

Quiero expresar mis preocupaciones y mi inquietud, ¡pero me resulta difícil escribir este artículo en memoria del Shifu Liu en el décimo aniversaio de su muerte!

Escribí una breve biografía del Shifu Liu el año en que murió. Escribí otro artículo en el tercer aniversario. En este décimo aniversario, el recuerdo que queda es sólo tristeza...

“El pasado sólo aporta tristeza.” El recuerdo comienza de forma natural desde el principio...

Así que anoté lo que puedo recordar y he aquí este artículo.

Hace treinta años desde que el Shifu Liu me aceptó como su estudiante. He ido por la vida con muchas personas, acontecimientos, wushu, verdad, mentira, misterio, éxito, fracaso, pérdidas y todo lo demás. Todo eso se incluye en mis memorias.

¿Es cierto? Parece ayer y ya he alcanzado la edad para escribir mis propias memorias. ¿Puede creerlo? ¿Tengo elección? Pero...
Completé este artículo para expresar mi misión y mi deseo. El propósito de escribir la historia de cómo empecé a aprender y a practicar wushu con el Shifu Liu va más allá al avisar a la generación joven: “No pierdas la competición en el comienzo.”

Humildemente deseo poder encontrar unos pocos practicantes con gran fuerza de voluntad y la pasión por aprender wushu tradicional. Les daré el entrenamiento más duro, justo como yo me fortalecí en el pasado.

No es sencillo aprender wushu chino, pero tampoco es difícil. La dificultad es: “No puedo cruzar el umbral colocado por el maestro. ¡Aunque sólo me cueste cien días el cruzarlo!”

No, la verdadera dificultad es: ¡Es complicado encontrar a una “persona” que tenga la voluntad de practicar persistente y apasionadamente durante cien días!

El Shifu Liu siempre lo decía. Nunca le creí.

Incluso hoy no lo creo porque no he abandonado la búsqueda.


©Copyright 2008 Adam Chi Hsu. Todos los derechos reservados.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Exposición Fotográfica Diversidad Cultural

El Viernes 18 de Noviembre a las 19:30 horas en la Escuela Navarra de Teatro, la asociación Alter Nativas realizara la presentación de la Exposición fotográfica del proyecto Diversidad Cultural: Tendencias del siglo XXI.

Este proyecto, consiste en la celebración de un Certamen fotográfico sobre como se ha transformado nuestra comunidad gracias a la llegada de personas de otras latitudes, costumbres y culturas.

El objetivo del certamen es recoger la visión que tiene la ciudadanía sobre las transformaciones vividas en estos últimos años.

Este certamen está abierto a todas las personas que quieran contarnos como viven, sienten y perciben la diversidad de sus localidades y barrios.

Con las fotografías seleccionadas realizaremos una exposición virtual que sirva de herramienta de sensibilización y que ayude a crear espacios de reflexión, diálogo y aprendizaje sobre la diversidad en diferentes espacios y agentes sociales.

La Escuela de Kung Fu Siu Lam Choom Yi Tong ha querido participar de este evento con esta fotografía  tomada durante una exhibición que realizamos este verano en las calles de Pamplona, poniendo así muestro granito de arena a este interesante proyecto.

Desde Alter Nativas esperamos contar con vuestra participación y que disfrutéis del evento.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Publicaciones de Artes Marciales

El tema de hoy va a ser las diferentes publicaciones y revistas dedicadas a las Artes Marciales, o más concretamente mi opinión personal sobre ellas.

Voy a hablar de tres de ellas:


EL BUDOKA 2.0

Esta publicación es completamente gratuita y se puede descargar en formato PDF desde su propia web http://elbudoka.es/

Me gusta esta revista. Tiene muy poca publicidad, dispone de interesantes entrevistas y artículos, desgranando en ellos diferentes estilos de artes marciales, lo cuan permite que entre sus seis publicaciones actuales encuentres casi seguro algún articulo dedicado a tu estilo, o al menos que pueda aportarte algo.

Encuentro su lectura muy recomendable y amena.







REVISTA DE ARTES MARCIALES ASIATICAS (RAMA)

Esta es una publicación semestral en formato físico que nace como una iniciativa que emprende la Universidad de León en el año 2006.

Su principal objetivo es la difusión del conocimiento sobre las artes marciales, especialmente en el ámbito hispanohablante. Los contenidos de RAMA se basan en trabajos originales de investigación y revisión y en traducciones de artículos de la revista norteamericana Journal of Asian Martial Arts, una de las publicaciones de mayor prestigio en el ámbito de las artes marciales a nivel internacional, cuyos derechos de edición en castellano han sido adquiridos por la Universidad de León.

Sus contenidos son a veces bastante técnicos, pero no tanto como para resultar aburridos, por tanto la recomiendo para aquellos de vosotr@s que busquéis información seria sobre las distintas artes marciales de origen asiático.


CINTURON NEGRO

Cinturón Negro es una de las últimas revistas de Artes Marciales en formato físico que se pueden encontrar en los quioscos de todo el país. 

Es una publicación con mucha solera, pero que en la actualidad deja mucho que desear… siempre que he adquirido algún numero he terminado arrepintiéndome de haberlo hecho. Sus artículos aparentan ser interesantes, pero generalmente solo son publicidad de los distintos maestros que en ella publican, vendidote sus DVD´s, nuevos estilos o libros. Su publicidad en general resulta excesiva e incluso agobiante, y no es nada económica, costando casi 5 €…



Por estos motivos no puedo recomendaros esta publicación, y tampoco le auguro un prospero futuro. Creo que únicamente se sostiene por la falta de competencia o como plataforma comercial y de marketing.

jueves, 13 de octubre de 2011

La Hora de la Verdad

Hay un dicho Cantones que dice:

Yat Dam, Yee Lik, Sam Kung Fu”
Primero valor, Segundo fuerza, tercero Kung Fu.”


Una de las partes más importantes de las artes marciales es precisamente su marcialidad. Esto es, las aplicaciones de las técnicas del estilo de cara a su uso en una pelea real.

Y esto precisamente, la aplicación de nuestros conocimientos marciales en una pelea real, es uno de los puntos más controvertidos para los que las practicamos.


 Así, hay infinidad de artículos (algunos en este mismo blog) en los que se dan recomendaciones, tácticas o simplemente reflexiones sobre este asunto… ¿funcionara mi arte marcial en una pelea real?

Muchas personas opinan que la clave esta en el entrenamiento; divagando entre la importancia relativa que tiene el sparring, el trabajo del estrés, el contacto pleno o la simulación de entornos reales… sin embargo yo creo que todos ellos están equivocados.

A la hora de la verdad lo que más cuenta es el valor.

Así, a secas. El valor de enfrentarse a lo que sea que pueda pasarte por plantar cara; por que nunca debemos olvidar que el entrenamiento nos dará herramientas y una forma física, pero estas aptitudes solo serán valiosas si tenemos la voluntad de utilizarlas.

Según el Mahabharata, el valor nace del desapego, y estoy deacuerdo con eso.

Para vencer al miedo que todos sentimos ante una posible agresión hay que desapegarse de la vida de uno mismo, asumir que te la estas jugando, y que pasara lo que tenga que pasar; o como reza un dicho oriental: “Cortar dos cabezas (la tulla y la de tu enemigo) y dejar que el frío acero brille a la luz de luna”.

Solo así puede uno concentrarse realmente en golpear cuando y como tiene que hacerlo, para, irónicamente, salvar con ello el propio pellejo.

Esto, por supuesto es mucho mas fácil decirlo que hacerlo, y en mi experiencia, es una cualidad con la que se nace o que se tiene que aprender por las malas. Por esto es tan importante el utilizar nuestros conocimientos únicamente para defendernos y solo cuando no nos queda otra salida digna… y es que el riesgo tiene que merecer la pena.